El Diario de Issa – El día B, de Búsqueda del vestido de novia

Hola de nuevo!!

Hoy voy con mi segundo post, que espero que os guste tanto como el primero, y que os atreváis  a comentar vuestras experiencias y sensaciones. Hoy quiero contaros cómo elegí mi vestido entre 32 vestidos que me probé…sí si!! 32!! A ver es que una, no va probándose vestidos de novia todos los días,  y para una vez…

La primera vez que me probé un vestido fue una tarde improvisada. Fuimos mi prima (Dama de Honor), mi tita, mi madre y yo, mientras mi novio se examinaba (o sea 2 horas que exprimimos). Empezamos a recorrer el centro en búsqueda de catálogos e ir pidiendo citas. Pasé por Rosa Clará, y en la segunda tienda, directamente me empezaron a sacar vestidos para probar en ese instante. Mi tita se fijó en uno, y a mi madre también le gustó, acto seguido me encontraba desnuda esperando mi primer vestido de novia, ¡qué sensación!

No sé cómo transmitirla…nervios, incertidumbre, el…qué hago yo aquí si aún no tengo fecha….esto no era el plan del día. Cuando entraron a verme, todas lloraban a moco tendido…yo me veía guapa, favorecida, pero no sentía que ese vestido fuera el mío... Así la chica siguió hasta sacarme unos 16 vestidos.

Gracias a ellos, descubrí que el palabra de honor con escote corazón me favorecía, que el corte sirena no es apto para bajitas, y que los cortes asimétricos favorecen a las que tenemos los hombros anchos. Pero no me quedé con ninguno, tal fue el aburrimiento de probarme y decirle ¡NO ME GUSTA! que mi madre y mi tia se fueron de la tienda a la de enfrente, y me mandaban what´s up, para que terminara jajajajaj 😉

Al cabo de unos días pasé por la tienda de mi pueblo, y con sólo dos me di cuenta que allí tampoco estaba el mío. Pasaron unos 15 días, ya teníamos la fecha cerrada con el Hotel, y tenía mi cita en Pronovias.

He de confesaros que me compré el vestido con 10 meses de antelación!! Llevaba dos listas, los favoritos y los posibles. Ese día fui con mi madre, mi cuñada (Dama de Honor) y mi suegra. Allí me encontraba qué sensación tan extraña, tanto había imaginado ese día, que tenía sentimientos encontrados, me vi sentada frente al ordenador, diciendo; «sí, no, no, no me gusta, puede, sí…» a vestidos que aún no estaban en la web, pero sí en la tienda.

El caso, que hablando la chica captó mi idea, y cuando me enseñó el mío en foto le dije: jummm, no sé, puede pero no es lo que busco… A lo que ella me contestó: pues yo creo que éste te va a favorecer te lo saco para probartelo… Me llevó al probador, y fue el primero que me colocó, y ya poniéndomelo, sentía cosquilleos, vi que se me iluminaba la cara, me sentía tan yo, tan …. no sé explicarlo… eso no me sucedió con el primer vestido que me probé semanas antes. Cuando salí, mi madre dijo: ¡¡A mí no me gusta!!! jajaja me llevé un chasco, mientras que a mi suegra y mi cuñada, les encantó tanto como a mí. Pero mi cuñada me decía, pruébate más para comparar, y así hasta creo que 12 ó 13 más, y cada cual peor…me seguía gustando el primero, era auténtico Issa, parecía hecho para mí.

Me lo puso por segunda vez, mi madre ya se emocionó me veía feliz. La dependienta decía que por mi personalidad encajaba, que veía que yo era puro nervio. Otra chica que entraba al probador de al lado me vio de espaldas, y quiso probárselo, pero su dependienta le recomendó que para su estilo de boda no lo veía. Y es que engaña el vestido en foto a puesto…engaña  la tela en la modelo que puesto…. Por eso, no digáis no a un vestido por la foto, vosotras probaroslo por si acaso.

Las sensaciones que sientes al ponertelo son tan extrañas, no lloré, pero sentía que quería que mi novio me viera ya, quería salir a la calle, me veía tan yo… Según mi madre parezco una hada, y mi prima de Barcelona fue muy graciosa la anécdota, porque quería que se lo enseñara, así que vía whatsapp le dije 10 nombres de vestidos de Pronovias, al cabo de unos minutos me contesta, no sé cual será pero nuestro favorito es…….. y ¿¿sabéis qué?? eligieron el mío, ¡¡acertaron de pleno!!! me dijo que es totalmente «Channel» (como ella me apoda) puro glamour, dice es que tan tuyo que no podía ser otro… para mí es super  sencillo.

Claro, que tanto tanto bombo le damos al vestido que luego la gente dirá…¡bah! tanto pa´esto?? ¡¡Pues sí!! porque cuando te lo pones es que te da un gustirrinin, que no se puede explicar, y el vestido es para la novia, ¡no para los invitados!

Espero que os haya gustado, he intentado simplificar un poco, no he entrado en detalles, porque si no…me extiendo demasiado. 😉

¿Para vosotras fue fácil elegir el vestido

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