El 25 de Mayo de 2013 fue el día más feliz de mi vida. De ese día puedo contaros miles de momentos y sentimientos, pero sin duda el más bonito fue la ceremonia en sí.

Salí de casa relativamente tranquila, aunque lo cierto es que a mitad de camino los nervios fueron poco a poco apoderándose de mi. Soy una obsesiva de la puntualidad, y aunque lo normal es que las novias se retrasen un pelín, no quería pasarme demasiado, así que no hacía más que mirar el reloj del coche.

Cuando llegamos a la Hacienda, en la cancela de entrada estaba Mariló, una de las camareras, para dar el aviso de que yo ya había llegado. En ese momento empezó a sonar «Dust in the wind» y no pude evitar emocionarme. Tenía a mi padre y a Carlos (mi chófer por ese día) de los nervios, hasta el punto que Carlos en ese momento me cerró la ventanilla para que me tranquilizara.

No se, me imaginaba a Alex guapisimo, entrando por el pasillo de la ceremonia mientras todos lo miraban, (estoy escribiendo esto, y hoy mas de tres meses después, se me vuelven a poner los vellos de punta recordándolo, y es que es inevitable escuchar esa canción y no escaparse una lagrimilla)

Cuando Mariló dió el visto bueno, entramos del todo con el coche. Recuerdo bajar del coche, con los fotógrafos alrededor, todos los camareros en fila mirándome y con Sergio allí para darme la bienvenida.

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Hubo un momento muy gracioso. El día antes, mientras decorábamos la hacienda, Sergio y yo llegamos a la conclusión de que los dos teníamos el mismo problema, y es que nos cuesta muchísimo distinguir la derecha de la izquierda. Pues bien, cuando terminamos el pasillo y ya íbamos a girar donde estaban todos esperando, Sergio se me acercó y me dijo que estaba mal puesta, que mi padre debía de ir en el lado contrario. Cambiamos de posición y cuando andamos dos pasos, volvió corriendo diciendo que no, que se había vuelto a equivocar. Es gracioso, porque lo único que tengo grabado en vídeo de mi entrada es justamente ese momento y se me ve la cara de «Pa’ una vez que no me equivoco…»

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Ansiaba girar y verle la cara a Alex, mientras sonaba  «Endless love» de Mariah Carey (otra canción que me hace llorar al escucharla).

El momento llegó, allí estaba Alex, guapísimo, con su look anti novio, esperándome. Solo tenia ojos para él, no recuerdo ver a nadie más, solo a él y a mi amigo Yamil que se colocó en todo el medio del pasillo delante mía con sus gafas de colores y su mega cámara para hacerme una foto bodalux-0491

Desde que me senté, no quitaba ojo a Alex, estaba tan guapo, tan diferente a como me lo esperaba… Media ceremonia me pegué esperando que Alex me diera la mano, pero no lo conseguía. Además las sillas nos la habían puesto tan separada que era imposible ni siquiera dejar caer mi mano sobre su pierna… eso no me gustaba…

Y aquí es uno de esos momentos que difícilmente pueden captar otros, pero que mi amigo Yamil supo captar, ese momento en el que por fin conseguí que Alex me diera la mano!

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Sinceramente, no consigo recordar las primeras palabras que el concejal dijo. Si recuerdo, que días antes le pase una breve historia de nuestra vida juntos y que él cogió las partes que más le gustó y las utilizó. Contó el momento en el que Alex, tirados en la playa una semana después de conocernos, me pidió que fuera su novia. También la penúltima noche del camino de santiago, en la que nos prometimos estar juntos para siempre. Son esos momentos de nuestra vida que difícilmente olvidaremos y que evidentemente me hicieron emocionarme al oírlas.

Llegó el momento del discurso de Alex. Aunque había leído mil veces el texto, fue inevitable emocionarse al escucharlo. Yo ya era un mar de lágrimas.

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En la tienda del traje de novia me regalaron un pañuelo para el gran día, vaya como raspaba aquel pañuelo! Me tenia los pómulos en carne viva!

Recuerdo oír a la abuela de Alex, una persona que no se puede callar nada, gritar «Deja de llorar ya, hombre!».

Era el turno de las palabras de nuestros familiares y amigos. A pesar de que el discurso de la madre de Alex era un poco más formal que los demás, obviamente no quitaba de que llorara. Me encantó oír lo que soy para ella y como ella nos ve a nosotros. Es muy común que las mujeres se lleven mal con sus suegras, yo tengo la gran suerte de tener a la mejor. Para mi es como mi segunda madre, desde que entré en la familia, he sido una más, y que aquel día, nos dedicara unas palabras significó mucho para mi.

El discurso de mi cuñado empezaba a romper la formalidad. Empezó a hablar con sus dotes de futuro abogado, recuerdo aquel «la pareja que hoy consume su matrimonio» . Lo mejor de todo, cuando pidió disculpas por cuando, de buena fe, se le olvidó avisarnos que los padres volvían de la playa y no me quedó otra que conocerlos. En ese momento todo el mundo se pensó lo que no era, a juzgar por sus risas. Como la lió.

Eso sí, abrió la veda, fue el primero en solicitar un sobrino pronto, al que luego le seguiría mi hermana con aquel «PD. Hacerme pronto tata»bodalux-0554 bodalux-0564

Mi hermana llevaba ya tiempo preparándose el suyo, y ya unas semanas antes a través de Facebook, empezó a hacerme llorar con sus palabras. Mi mar de llantos se incrementaba a medida que leía. Según ella, soy una princesa de la que quiere seguir sus pasos, a la vez que una chica afortunada por tener a  mi lado a un hombre que me ama con locura. Que razón tiene en eso último. Las palabras de mi hermana aun me siguen emocionando cuando veo el vídeo.

Bueno bueno, y llegó el discurso que más de rogar se había hecho y el que más estaba esperando, el de mi amiga Marikilla. Salió emocionadisima, y ya eso empeoró mi situación. Su discurso empezó con «Hoy vengo a la boda de mi mejor amiga» seguido de un lagrimeo por su parte. Que os puedo decir de lo que sentí. Pues me sentí la persona más afortunada de tenerla como amiga. Llevamos años separadas en la distancia, pero siempre estamos ahí la una para la otra cuando lo necesitamos, y me alegró saber que ella opina de nuestra amistad lo mismo que yo.

Hubo un momento en el que mi emoción se tradujo en asombro, y fue cuando contó a todos los presentes el secreto mejor guardado de Alex, como nos conocimos. Cuando la oí contarlo me quedé perpleja mirando la reacción de Alex, pues aunque nuestra historia es muy bonita, a él no le gustaba contar que nos conocimos por Internet…

De su discurso me gustaron muchas de las cosas que dijo pero me quedo con una frase que creo que no podría definir mejor lo que somos Alex y yo:

«No me queda duda de que seréis muy felices, porque estas personas no solo se aman, sino que se respetan, se entienden y se apoyan el uno en el otro»bodalux-0566 bodalux-0583

Bueno pues el llanto llegaba a su fin de momento, porque era el turno de Tony y Willy, amigos de la infancia de Alex.

Cuando los ví allí, no sabía por donde iban a salir, pensé que cantaría, que bailarían…ni idea. Sobre todo me tenían tan intrigada, porque el día antes le preguntó a Alex si en lugar de 5 minutos podían hablar 10. Pues allí empezaron con su monólogo, quien iba a imaginar que en mitad de una boda se iban a poner así. Pues triunfaron. Yo mientras seguía intrigada, pensaba, «venga, será 5 minutos de broma y ahora se pondrán serios». Pero no veía que llegara el momento de la seriedad, y es que esos 5 minutos adicionales no iban a hablar ellos, sino Yulia y Maria, una sorpresa que me tenían guardada.

“Sorpresa! no te lo esperabas, pues aquí estamos!”

Yulia sabía lo importante que era para mí que los amigos participaran con sus palabras en la boda, pero no pensé que fueran a intervenir. Se propusieron sorprenderme y lo consiguieron, no solo porque salieran allí sin yo esperarlo, sino por sus palabras. Como bien dijeron, hacer aquello era un regalo de ellas para mí, y lo fue. No estas acostumbrada a escuchar la opinión que la gente tiene hacia ti, cuando esta es buena (porque la mala normalmente si que llega), y ellas es lo que allí hicieron. Me alegró mucho conocer lo que soy para ellas, pues son amigas que las conozco de no hace mucho, y no me esperaba lo que allí decían. Claro que no solo contaron mis cosas buenas, digamos que sacaron algunos trapillos sucios míos, pero con que arte!

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Llegaba el momento de ponerse más serios. El concejal nos tenía preparada una lista de consejos para el matrimonio. Recuerdo que las escuchaba con atención, mirando cual de ellas cumplíamos y cuales no. Me sorprendí al ver, que no iba a ser tan difícil sobrevivir al matrimonio, pues la inmensa mayoría ya las cumplíamos.

El concejal dió paso a la lectura del cuento de Benedetti que nos dedicó. Pues bien, si los consejos los escuche atentamente, en el cuento desconecté por completo. Se estaba acercando el momento del Si quiero y tenia que ver si estaba preparada para cantar o en cambio leería mis votos. Me giré levemente hacia la derecha, fijé mi vista en el ramo y me puse a cantar bajito para comprobar que la voz me salía. Canté la canción entera y entonces fue cuando descubrí que podía hacerlo. Era algo que me hacía muchísima ilusión, y que de no hacerlo podría luego arrepentirme.

Cuando oí las palabras del concejal «Ahora los novios harán entrega de sus alianzas», lo miré fijamente, ya que él sabia la sorpresa, me encogí de hombros y me lancé a cantar. No le quité ojo de encima a Alex en todo momento, quería cantarle de manera que él sintiera que lo que le decía lo hacia de corazón. Y creo que lo hice, porque cuando en mitad de la canción le canté el famoso «Anda y besame» ahí que se lanzó a besarme. Que podía hacer yo! o le hacia la famosa cobra y seguía cantando, o le besaba y se acababa la sorpresa. Es evidente por la que me decanté. No todos los novios pueden decir que el día de su boda, su mujer le dedicó una canción, cobra incluida. 😉bodalux-0642

Aquí hubo otra de las de la abuela de Alex, nada más terminar de cantar gritó «Que callaito te lo tenías hija de …!!» y es que en su familia nadie me había escuchado nunca cantar, así que supongo que fue una sorpresa para todos.

A partir de ese momento y hasta que empezó la ceremonia de la rosa, recuerdo poco. Estaba muy muy nerviosa, incluso he de confesar que los votos que Alex me leyó los recuerdo porque los leí después.

Me acuerdo que mis nervios eran tales, que cuando Alex me dijo el «Si quiero» me puse como una tonta a decir «Ahh! Ha dicho que Si! ha dicho que si!»

Pensaba que cuando Juanma, el concejal, leyera el texto de la ceremonia de la rosa, me emocionaría, si os digo la verdad, no me acuerdo si me emocioné o no.bodalux-0665

Un momento que si que recuerdo muy bien y que recibí con muchas ganas fue el del beso. Pensaba que después del feo que le hice a Alex con la cobra, y las ganas que tenía de darle un beso desde que lo ví, se merecía un señor beso. Así que lo pillé por banda y no quise soltarlo.

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Otro momento muy emotivo y que creo que no olvidaré jamás, es el que tuve, nada más firmar. Los testigos eran mi madre y el padre de Alex. Yo siempre estoy de bromas con mi suegro y aquel día, nada más terminé de firmar y mientras firmaba Alex, me acerque a él, le di una palmadita en el brazo y le dije «¿Que pasa Manuel?» El padre me cogió de la mano para darme un beso y se puso a llorar de emoción. Por suerte, ese momento esta captado en una foto, y es una de las fotos más emotivas de todas las que tengo.

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Mi madre nos tenía preparada una sorpresa, así que nada más terminar de firmar, mi hermana se nos acercó con una jaula tapada. En ese momento pensé «una suelta de mariposas» pero conforme iba destapando la jaula seguía pensando «los barrotes están muy separados, por ahí se escaparían». El caso es que la jaula estaba totalmente destapada y yo seguía pensando «¿Qué será?» Pues era una paloma blanca. Cuentan que si los novios ven volar una paloma blanca el día de su boda, el amor durará por siempre. Así que mi madre nos preparó una suelta de 12 palomas blancas.bodalux-0702

¿Y que sentí en el momento de salir, mientras todos nos tiraban arroz? Agobio y arrepentimiento de haber puesto tanto arroz. Aquello parecía no acabar nunca!!

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